no soy yo

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anis
Sólo sé que no sé nada
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12.03.2009


Le faltaba el aire. No podía respirar, sus pulmones se bloquearon, necesitaba respirar. La habitación comenzaba a moverse y volverse borrosa. Entumecida e intentando correr se dirigió a las blancas puertas del balcón y salió como pudo. El ambiente estaba frío y cortante pero entró en ella con mucha facilidad, su cuerpo necesitaba ese hielo, la sangre comenzó a templarse y su corazón volvía a latir. Los sonidos del tráfico, de la calle, aparecían en sus oídos como si alguien fuera subiendo el volumen del mundo. Una nube blanca salía de su boca, el aliento de la vida. Entonces bajó la cabeza y miró sus manos apoyadas en la gélida piedra de la barandilla y, tras un interminable segundo, un salado líquido empezó a crearse en las cuencas de sus ojos para después resbalar por su mejilla. Su cuerpo empezó a sentir la fuerza de la gravedad y, doblándose acabó sentada en el suelo dejando escapar todos los sentimientos que llevaba dentro.

11.20.2009


No me puedo creer que me queden sueños por soñar.
He comprado un atrapasueños para que se atrapen las pesadillas pero realmente ese invento indio no funciona, al menos conmigo y mis sueños.
Y ese mundo me fascina, cómo puede haber en mi cabeza tantas historias y lugares que no he visitado, o que conozco pero modifico, guerras, personas a menudo conocidas pero transformadas...
Todo es tan extraño.
Pero cambia y me agrada sólo con que haya un pequeño vuelo o una pequeña levitación; si eso ocurre el sueño es agradable, muy agradable, y me despierto ligera, blanca y con luz.

10.25.2009

Cuando era pequeña jugaba a Las Ciudades. Mis primos y yo pintábamos con tiza, en el suelo, las aceras, las flechas, las líneas de la carretera, pasos de peatones y semáforos. Entre el pozo grande y la higuera pintábamos el aparcamiento para nuestros vehículos: las bicis.
El mejor "local" que te podía tocar era El Cuartucho, donde los mayores tenían la caldera,el cual estaba delimitado por unas escaleras que hacían esquina y llevaban a una casa abandonada a la que nunca llegué a subir por el miedo que nos metían de si había fantasmas y el suelo estaba medio roto y te podías caer a quién sabe dónde. Entonces el cuartucho tenía dos entradas, una bajo las escaleras y la normal donde poníamos el mostrador de nuestra tienda.
El segundo mejor "local" era DelaRayapa'Allá, era el más grande, casi siempre se lo pedía Beni y montaba allí un supermercado enorme con los envoltorios y cajas vacías de la comida real, de galletas, cola-cao...
Nuestro dinero era papel de periódico recortado a forma de billetes.
Una vez tuvimos un bar. Habían aparecido, junto a la canasta unos troncos que en mi memoria eran claramente mesas bajas y taburetes de la altura idónea para aquellas mesas. Montamos un restaurante- bar espectacular.
Es increíble cómo es la memoria en la que queda plasmada la imaginación de un niño como otra realidad que cuando creces dejas de ver. Todo era perfecto, incluso barríamos y limpiábamos y buscábamos nueva mercancía.

10.23.2009


Laura veía, con su edad de un año, una paloma cuando yo agarraba un globo blanco por el nudo y lo agitaba de un lado a otro.
Sería por el ruido que hacía y el color que tenía.

10.07.2009


Le gusta escribir a lapiz, llama a su perra Confu aunque no sea su nombre, comparte la cama con su gato, se olvida del celular, le gusta inventarse palabras y utilizar otras cuando no procede. Se distrae imaginando posibles historias, ahora está por casa con una camiseta de Baseball y en calcetines. Ha llorado con el final de más de un libro. Ha invadido con todas sus cosas la mesa camilla del salón. No le gusta hacer planes y sin embargo no puede evitar hacerlos. A veces grita y hace el tonto. Cuando se pone fea es cuando más agusto se siente. Y no cree en dioses, aunque en realidad debe de tener uno propio, particular, al que acude de vez en cuando... creo que es diosa, en femenino.

9.30.2009


Ha amanecido.

Él se ha ido. Cuando se levante no estará, no ha dejado ninguna nota.

Ella no sabe que la estuvo observando durante horas, mientras dormía.


Se despertará y creerá que todo ha acabado, con el amanecer todo termina.

Hoy será otro día.

9.10.2009


Por fin. Paz. Música. Relajación. Soledad. Tiempo.
Se acerca la realidad.
Acabo el libro. Buscamos entretenimientos para no pensar. Acabar. Silencio. Pensamientos. Tristeza. Ojos madera-mojada. Se acaba. Frío. Escalofríos. Piel de gallina.
Algo entre la garganta y los oídos, algo grande, un vacío que va a reventar.
No creo en “para siempre”s, aunque vivo con “nada es para siempre”s.
Y mañana operan a alguien y los cirujanos dicen no ser algo con complicaciones y sin estar preocupada algo dentro de mí me hace estar seria y todos lo notan y todos me molestan y me caen mal.
Y no entiendo.
Los farolillos del bar de enfrente cuelgan como estrellas.
Suena la de las llaves con su diario y su piano.
En el suelo, las colillas y servilletas de los pocos clientes de final de verano que han recibido mi falsa sonrisa de un día raro, de pensamientos y nostalgias del pasado y soledad presente y esperanza de felicidad futura.
Y escribo en la libreta de los esquemas de terrazas de verano con cuadrados con números y tachones. Y hojas arrancadas.
Me duele la barriga. Son las 00.10 en el reloj de Eristoff.
Parece domingo pero por suerte mañana no es lunes, no hay mercado en el Puente.

“Hasta la muerte tiene corazón”.

8.30.2009


Otro verano. Ella sigue igual, nada ha cambiado:
A veces lee la Quo. Tiene un libro empezado en la mesilla. No pisa la playa. Conoce gente nueva sin parar, llegan- se van. Ríe. Sonríe sin parar. Luego se detiene y mira, y ve.
Y nada ha cambiado.
Piruletas de fresa. Chocolate tras la cena. Teclea. Foto. Click. Café con leche. Bizcochos de No&el. Mensaje. Vacila. Duerme. Baila. Agua. Soledad. Pero ríe.

Y nada ha cambiado.

6.10.2009


Día diez de junio de dosmilnueve. Han acabado las clases, los exámenes, las tensiones, las obligaciones, las presiones y el curso. Llevo dos semanas de vacaciones y estoy a dos días de intentar ganarme el pan para el curso que viene.
Siempre que empiezo algo los nervios y expectativas invaden mi estómago, se apoderan de mi ser y no me dejan libertad. Pero luego todo eso pasa y me adapto y disfruto y soy yo. ¿Por qué antes de empezar, en lugar de dejarme vencer por el miedo, no pienso en que después eso pasa y le siguen experiencias que nunca olvidaré?¿por qué no intento disfrutar desde el principio?
Quizá algún día lo consiga, venza a mi cerebro y lo controle, que haga lo que yo quiera que piense en lo que yo quiera y que vaya por donde yo quiera.

5.16.2009



¡Se compra imaginación!
Debido a diversas causas creo que ha desaparecido.
Se debe haber escondido entre mis apuntes o entre las 24 páginas de un trabajo en el que sólo tendré un 5 o entre todas las fotocopias que he tenido que hacer para sacar información de Ibn al-Mu‘tazz, o quizá esté entre las sábanas o se haya quedado en los restos de algún café, o entre las 400 tarjetas de vocabulario, quizás en las de verbos (puede que sea lo más probable). A lo mejor está en el interior de uno de los botellines vacíos de agua que se amontonan en mi habitación, o en la bolsa del Springfield entre todos los papeles que tengo para reciclar. O quizás me está esperando en la maleta vacía para agolparse entre mis cosas y regresar conmigo a casa.

4.23.2009


Irene creía que por la noche en el cielo había una manta con muchos agujeritos a través de los cuales traspasaba la inmensa luz que había al otro lado. Esos agujeritos los solemos llamar "estrellas".

4.17.2009


Resaca de una no-bebedora:
Teniendo en cuenta que no me gusta salir ni las aglomeraciones ni el tabaco…
No es nada agradable llegar a casa y que en tus oídos (que ahora disfrutan del fabuloso silencio) haya ruido y no poder dormir hasta que desaparece. La mañana siguiente es horrible no sólo por la sensación de suciedad en la que me encuentro, también porque algo extraño le ocurre a mi mecanismo respiratorio; es como si se estuviera purgando de toda la mierda que ha olido y respirado. Me espera un día pegado al clínex y… sé que no es muy agradable… pero lo primero que sale de mis fosas nasales es negro… :S
Y en la ducha…con la cabeza boca abajo, cuando el agua empieza a correr entre mi pelo…un olor a humo y tabaco cae por el sumidero dando un placer increíble por el mero hecho de pensar que desaparece de tu cuerpo.
Pero luego pienso en los que abusaron la noche pasada del alcohol… y si los tengo cerca y puedo observarlos todo lo que me ocurre queda en un segundo plano. Lo único que sé es que me gusta ser diferente, marco tendencia dentro de mí, y cuanto más se extraña la gente de que no bebo cosas de las que no me gusta su sabor… más contenta me siento.

3.28.2009


Le gusta sentarse a hacer crucigramas. Le gusta cuidar las plantas de su patio. Le gustan las tardes de domingo. Mirar las estrellas con su hija tumbadas en las viejas hamacas. Las sopas de ajo. Sus sobrinas. Cambiar los muebles de sitio, incluso cuando la gente está durmiendo, sin hacer ruido. Le encanta leer, lo que sea, todo. Le gustan las contras de La Vanguardia. Su sueño es irse a una casa, en mitad del campo, y vivir de lo que ella críe y plante, y tener muchos animales, y que sea un lugar muy verde, y no preocuparse por nada. Sigue amando con todas sus fuerzas a su madre. Tan pronto crea una muñeca de trapo, como hace un llavero, como un original árbol de Navidad, como se inventa una mesa, como crea un mini rollo de papel higiénico para una casa de muñecas. Cuando viene su hija los fines de semana, duerme con ella, y con el gato, y con la perra, todos en su cama. A veces baila. Sus comidas cada vez son más deliciosas. Adora a su familia. Tiene dos hijos y tres hermanos. Tenía un Yugo con el que se recorrió toda Sanabria, el mismo en el que sus hijos se peleaban en el asiento de atrás y el que ella paraba amenazándolos con dejarlos en tierra. Siempre ha tenido una hermana pequeña adherida en su sombra, incluso tuvo que esperarla un curso en la escuela para ir juntas a clase; dormían en la misma habitación y sobornaba a la pequeña que tenía miedo de levantarse a apagar la luz porque luego tenía que volver a la cama con ella apagada, pidiéndole un cuento inventado a cambio. Su madre le hacía las trenzas bien sujetas. Una vez presentando un desfile le cogieron sus medidas y resultaron ser mejores que las de las modelos. Siempre creyó que el matrimonio sería perfecto, como el de sus padres; luego ha visto la realidad. Le encanta agujerear las paredes con su supertaladro. Y la sección de bricolage del Akí. Los domingos compra churros para Ángel, porras para Ana y el periódico para su papá. Conoce a casi todo el barrio y viceversa. La gustan Saramago, Millás, Coelho y Punset. Adora las cositas. Y que le toquen la cabeza. Le gustan los documentales de monos. Y de Egipto. Odia a Ana Rosa Quintana y le encantan Francino y Gabilondo. A pesar de que trabaja en ella, escucha la radio para dormir y muchos fines de semana por la mañana. Le gusta el café, porque después de la siesta sin él no es persona, ahora el médico se lo ha prohibido. Odia ir de compras.
Y es mi madre.
Y podría seguir.
Y el 1 de abril cumple 52 años.
Te quiero mamal.

3.11.2009


Suena el reloj de la plaza y una nota está desafinada, parece el golpe a una cazuela. Me duelen los huesos y los pelos. Mi garganta se junta con lo nasal, se hacen uno. Mi lengua está áspera y no saborea ni el delicioso chocolate. Duermo. Mis labios se agrietan. Tan pronto sudo como tirito de frío. Y tengo muchas cosas que traducir y estoy enferma. La cama me espera.

2.11.2009


Alguien le había robado el corazón. Pero sí tenía sentimientos, sentimientos hacia su familia y algún amigo seleccionado que se había ganado ese cariño con el tiempo. Era cariño. No tenía amor, no sé si lo perdió o si alguien se lo arrebató, sólo sé que nunca ha amado a nadie, ni creo que lo haga, no puede, no quiere. Quiere pero no ama. Nunca pudo darle a nadie ese placer, podía fingirlo, había estado entrenándose toda su vida para ello, para no herir. Nadie lo notaba. Tendía a contar lo que realmente sentía a la gente que menos le importaba, le encantaba abrir su corazón a desconocidos que nunca volvería ni volvía a ver. Sólo a ellos. Frente a los que la amaban era fuerte y no se comprometía porque al fin y al cabo, no duraría. Ella creaba que no durara. Porque odiaba sufrir y de esta manera vivía. No sufría porque se desahogaba de cualquier manera atípica. Y disfrutaba porque mientras estaba acompañada sólo sacaba lo bueno y daba todo lo que tenía…menos su corazón…
Se pasó la vida llorando la de los demás, no quería mirar dentro de ella. Evitaba toda relación que pudiera romperse… y eso es toda relación. Intentaba hacer feliz a todo el que podía, creía que había nacido para ello, por eso no tenía corazón, para no sufrir.
Se equivocaba, sí tenía corazón, de lo contrarío no habría podido mostrar sentimientos, ni llorar ni saber lo que es sufrir, ni reír.
Alguien lo conserva, colgado de la lámpara por un hilo negro, ese alguien al que nunca llegó a conocer y siempre la quiso, alguien a kilómetros de distancia. Él lo tenía allí, suspendido en el aire, en el salón, lo tenía y nunca la había llegado a ver, pero la amaba y en el fondo ella también lo hacía. Amaba. Murió amando y soñando a… alguien.

2.01.2009


Me encanta escribir a mano, no hay nada como ver el rastro de tinta que deja el boli. Adoro el Boli negro y sin embargo mis apuntes han de ser en azul. Mis historias en negro. Pero esa línea vertical parpadeante en el ordenador, me crea algo por dentro como si en mi interior hubiese un pequeño periodista de gabardina marrón deseando escribir su artículo. Y luego nada, no sale nada, deben de ser las expectativas por hacer algo grandioso, el temor al fracaso.
Y tecleo, y me encanta el ruido del teclado. Cuando voy a ver a mi madre a la emisora los de informativos están exhaustos en su pantalla y parece haber una ametralladora constante, sin parar, y me apasiona.
Y tengo mucho que contar pero mi mente va demasiado deprisa, mi cerebro piensa e imagina cosas preciosas pero no puedo ni contarlas ni escribirlas porque no llego a mostrarlas con fidelidad, no transmito lo que siento, no aparecen como las veo. No sé escribir.
Seguiré practicando…

1.06.2009


¡Vamos!Búscame, investiga, encuéntrame, aparece en la puerta de mi casa y bésame, sólo bésame, o no,sólo mírame y háblame sin hablar, abrázame. Consigue mi número de teléfono y llamáme.

No sé qué hacer, te busco entre la gente, en los coches. Doy rodeos para verte, para cruzar nuestras miradas, algo, lo más pequeño, para que luego no pueda dormir en toda la noche pensando en encuentros posibles contigo,recreando cada instante pasado,y cambiándolo y haciéndolo perfecto, porque lo perfecto no existe, porque necesito algo, porque me ocupas el poco espacio que queda libre en mi cabeza. Y no sé mucho de ti, poco, muy poco. Para ya. Haz algo. Grito. Sal de mi cabeza o entra del todo. Y tú no te das cuenta.Tendré que hacerlo yo, la que te ha buscado, te ha investigado y va a verte con cualquier excusa. ¡Mi cabeza va a explotar!Sólo un abrazo pido.