Noventa, casi casi noventa y uno… con todos sus días, con
todas sus horas…con sueños, con penas, con alegrías…con todo el cariño de los
que te rodeaban… ¿Cómo no iba a estar cansado tu corazón? Siempre latiendo y
latiendo…sin parar… durante casi noventa y un años trabajando… y al final, se
paró. Te quedaste dormido el 14 de marzo de 2012, y te fuiste. Para siempre.
¿Quién me enseñará ahora a tejer? ¿Quién me hará pan con
harina hecha en el molino que él mismo ha fabricado, para que me lo lleve a
Salamanca? ¿Con quién comeremos los fines de semana? ¿Quién me contará todas
esas historias que nos relatabas en la sobremesa? Sobre el molino, sobre
abuela, sobre la mili, sobre la gente que pasó por tu vida, sobre el pueblo,
sobre la finca, sobre los perros que tuvisteis, sobre la escuela Sierra Pambley…
sobre tu vida…
Te quiero, abuelo. Te quiero mucho.
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