Pienso en positivo. Esto no es nada. Mañana me llamará mi madre y me dirá que has mejorado mucho. Todos estaremos muy contentos. Lo sé, lo he soñado. Soñé que te ponías bien.

Te imagino corriendo detrás de Cometa a la puerta de casa de abuelo y riéndote. Nos imagino a mamá a ti y a mí en Sanabria con los perros, la puerta de la calle abierta, la radio puesta y mientras mamá cocina tú estás barriendo y yo haciendo fotos.

Ayer dijiste que yo soy “un poco tuya”. Claro que soy tuya, eres otra madre, siempre he tenido tres, aunque abuela ya no esté lo sigue siendo y aunque tú seas mi tía eres mi amiga, mi otra madre, así que sí, soy “un poco tuya”. También eres mi artista favorita y yo tu fan número uno. Me encanta cuando pintas, o cuando te inventas cuentos, o cuando ves caras (como yo) en los azulejos del baño, o en las piedras, o en los desconchones de las paredes…

Y te quiero, te quiero mucho. Así que ponte buena de una vez, que no me gusta poder verte sólo 5 minutos ni tener que besarte a través del papel de esa mierda de mascarilla.