Llevo una doble vida. Sí, y no soy ninguna superheroína, o eso creo. Mi problema es que no sé distinguir cuál es la real o si es que alguna de las dos lo es. Es difícil de saber. Mis sueños son tan reales como lo que llaman “la realidad”, a veces, incluso más. Siento, percibo, huyo, corro, vuelo y sueño. Sueño que sueño y sueño que sueño que sueño. ¿Alguien lo entiende?
La mejor sensación es la de volar, es inexplicable, es relajante, la fuerza de la gravedad no tira de mi, simplemente me deslizo por el cielo, sobrevuelo por encima de la ciudad y de las nubes, planeo y esquivo castillos de piedra. Si alguien me persigue o simplemente quiero escapar de algo, vuelo. El viento en la cara. Mi cuerpo no pesa. Sólo cojo impulso como para saltar y vuelo. Ver todo desde arriba es alucinante, todavía no he logrado coger mucha altura pero lo justo como para tener otra perspectiva.
A veces pienso que existe una conexión entre ambos mundos, podría sacar de mi cuaderno cientos de sueños y plasmarlos aquí pero me llevaría mucho tiempo.
Una noche me ocurrió algo extraño, me desperté en otro lugar, con el cuerpo de otra persona, no era mi cuerpo, tenía mi nombre pero no mis apellidos, su vida, familia, amigos, lugares eran diferentes, pero yo estaba en su cuerpo. Sabía lo que tenía que hacer pero luego me di cuenta de que no era yo, ¿dónde estaba? ¿qué pasaba?. La gente me miraba extrañada no era esa Ana, era yo, esta Ana, creían que mentía y cuando empezaron a creerme hice saltar una especie de alerta contra alienígenas, alguien me agarró la mano y corrimos para escondernos, tuve la idea de que me contara todo lo que supiera sobre aquella Ana, para hacerme pasar por ella sin que nadie notase nada. Sin darme cuenta me ví cuidando de mis no-hermano pequeños y enamorada del chico que me ayudó, él sabía todo pero también era el novio de la otra Ana ¿de quién estaba enamorado de mí o de ella? Al día siguiente lo busqué por una especie de laberinto de puertas de aseos y tras varias anécdotas con aquella gente, de divertirme, lo encontré con una chica, de nuevo huí y me desperté. Quise volver a soñar, a veces consigo seguir las historias y conducirlas como quiero porque mientras sueño soy consciente de quién soy, lo que hago y cómo resuelvo las situaciones. Pero esta vez no pude volver a ese mundo y me gustaría saber cómo siguió la vida de Ana, de aquella Ana; puede que nunca lo sepa o puede que algún día regrese a aquel lugar, pero lo realmente inquietante es pensar si esto ha ocurrido de verdad, si he viajado a otro sitio o a otro tiempo o a otra realidad paralela a esta, o a otro mundo.
El mundo de los sueños es mi mundo más entretenido y más desconocido. Es mi vida más intensa.